De lo que dijo John Chambers durante la presentación de resultados trimestrales de Cisco, extraigo esta frase: «no piensen que Europa es una Europa, sino cuatro. Vemos signos precoces de mejoría en tres de ellas, aunque es pronto para decir que es un cambio de tendencia. Nuestra cartera de pedidos nos permite ser optimistas en Alemania y los países nórdicos, y el Reino Unido está cogiendo velocidad. En los mercados del Sur, las cosas seguirán duras durante un tiempo […]». En consecuencia, Chambers recomendó a los analistas ser prudentes en sus modelos de previsión de los próximos meses. Llegado el momento, los comentaristas juzgarán los resultados del trimestre comparándolos con las expectativas de los analistas de guardia, un ejercicio voluntarista que se lleva mucho en Wall Street y pone de los nervios a más de un director financiero.
Crecer un 44% en beneficio neto habiendo crecido un 5% en ingresos, puede parece una proeza, pero no lo es tanto. Si uno se toma el trabajo de ir más allá de la nota de prensa, encuentra 754 millones de dólares de ingresos fruto de la resolución favorable a Cisco de una auditoría del IRS (la agencia tributaria americana) sobre los resultados de 2002. Hay otros 132 millones de créditos fiscales por I+D del 2012; por lo que el beneficio neto de 3.140 millones se quedaría en 2.214 millones, en definitiva un crecimiento plano.
Hay otros aspectos reseñables, reveladores del giro positivo que van tomando los negocios de Cisco. 1) los servicios ya representan el 22% de los ingresos totales, y algunas adquisiciones recientes elevarán esa proporción al contribuir con ingresos recurrentes por suscripción. 2) los capítulos datacenter y wireless siguen ganando peso en las cuentas. Y 3) los servidores UCS han aportado 548 millones de dólares, un incremento del 65%, y ya tienen casi 20.000 clientes, según Chambers.